Quiero compartir con Uds, lo escrito y espero sus comentarios más diversos , espero les guste:
NOVELA : Capitulo (Inicio)
Por
un pasillo largo y silencioso, avanzaba lento y dubitativo a su turno de noche.
Desde su llegada a esta ciudad hace solo
6 meses, lo que más le gustaba de su que
hacer en el hospital, era su trabajo en la unidad de cuidados intensivos (UCI)
, ya que ahí se sentía a gusto y allí podía ejecutar todo lo aprendido y
desarrollar todo lo que realmente le gusta, enfrentar el dolor humano y lidiar
con enfermedades que atacaban mortalmente a los pacientes.
Felipe
era un residente joven, de mucho
conocimiento pero poca experiencia de terreno, ya que de la escuela de medicina
había sido meteórica, de la facultad a una beca primaria y luego directamente a
este hospital. A diferencia del resto de los médicos del staff , que se habían
formados en la trinchera y en la dura experiencia que les había dado el
laborioso trabajo en terreno, ya sea como médicos generales de zona o como
generalistas, habiendo pasado largos años de turnos en postas, urgencias y en distintas unidades de rescate
de pacientes graves. En cambio, para el, su valer como médico residía solo en
lo aprendido en los años de estudio y su gran conocimiento teórico y muy
actualizado de las diversas patologías. Sin embargo, aquí y por suerte , se complementaba muy bien con el trabajo en equipo con el resto de
sus colegas. Así cada mañana y en cada
entrega de turno, discutían de los enfermos y del mejor plan para superar los
problemas del día, así se complementaba la experiencia con el conocimiento
contemporáneo.
Un
frío gélido y muy suave , casi superficial, le recorría la espalda y la
coronilla , no sabía cuando había comenzado pero ya llevaba varios días
erizándoles los vellos , suavemente, casi como un suspiro. Esta noche en
especial, se había acrecentado hasta
hacerse inquietante, pues notaba que a medida que se acercaba al hospital,
crecía en intensidad y era más molesto. No sabía muy bien a que atribuirlo ni
como combatirlo, no era frío ni calor, no tenía fiebre ni se sentía enfermo
pero lo ponía algo molesto y lo sacaba de la concentración que su trabajo
requería. Sin embargo lo que realmente le estaba inquietando y preocupando en
demasía era el hecho que había vuelto algo ya casi olvidado hace varios años ,
el olor …
-
Vamos , rápido , que el enfermo se nos va
…
-
Ya doctor, no me apure , que solo tengo
dos manos – le respondió la enfermera.
-
Póngale la adrenalina endovenosa y tómele
la presión venosa central, y dígale a la auxiliar que apure el suero - ya pues … vamos , rápido.
Desesperado
dialogo a las 4 de la mañana, después de horas de no despegarse del lado de la
cama de una señora de 88 años, ingresada el día anterior por una hemorragia
cerebral masiva y que la había llevado a un coma profundo a poco ingresar. Su curso clínico era el esperado , pero
Felipe, desesperado y sin saber por que, intentaba reanimarla y sacarla
adelante en su turno, la había invadido por todos lados, le instalo catéteres
y todo tipo de fármacos como si con ello
intentara variar el curso de un derrotero ya fijado por el destino.
Andréa
, no entendía ni tenía muy claro cual era el motivo de su actual ensañamiento
en recuperar a la paciente, ya que en otras ocasiones similares, solo se había
dedicado a conversar con los familiares del paciente. Informándoles del
pronostico ominoso y en un ámbito más bien místico los llevaba a un plano
espiritual. Hoy no sabía que pasaba , desde que lo vio entrar a la sala lo notó
raro, con un andar apesadumbrado y como si llegara con todo el peso del mundo
sobre su espalda, su saludo fue un suspiro profundo. Después lo observó
sentarse un la silla de vigilancia y no despegar su mirada de esta paciente en
particular, a los demás los ignoró.
-
Llegó
Violeta, quiero conversar con ella – pregunto al viento, sin dirigirse a nadie
en especial.
-
No
doctor, hoy llegará un poco más tarde, tuvo problemas con la nieve.
Ante
la imposibilidad de conversar con ella , siguió sumido en sus pensamientos. El
resto del personal, enfermeras y auxiliares paramédico, continuaron sus
actividad normal de la entrega de turno y se olvidaron de él. Andréa sin
embargo, lo siguió observado preocupada y algo inquieta ya que nunca lo había
visto así. Lo normal era que participara activamente del la entrega de turno,
le gustaba que todo el equipo de la unidad se hiciera parte de ella y preguntaba
a todos por igual de evolución de cada paciente y hacia muchos comentarios del
plan a seguir, de tal que todos quedaban enterados de lo habría que hacer en
ese turno. Hoy , estaba ausente.
Cuando
estaban frente a la cama del cuarto paciente, la vio, Violeta estaba mirando
desde el umbral del recinto, vestía de pulcro uniforme, bien arreglada y
parecía que buscaba algo. Era la paramédico de más años en la unidad, la con
más experiencia, y su conocimiento se enriquecía preguntando, siempre
preguntaba de todo a los médicos y enfermeras sobre los exámenes y tratamiento.
Le interesaba de sobremanera el curso de la enfermedades que aquejaban a los
pacientes y por lo mismo, siempre estaba
dispuesta a estudiar y perfeccionarse.
En ello además se entregaba por devoción a enseñar y entrenar a los
nuevos, a quienes acogía como un miembro más de su familia. Con los médicos
mantenía su distancia y solo trataba cosas del trabajo y de los enfermos. Se
conocía de su inmensa apertura para con los demás , pero de su vida particular
, muy pocos podían dar fe de conocerla, era muy reservada y poco participaba de
actividades extras. Solo se comentaba que leía mucho y hacia viajes al
extranjero cada 2 años, por largos períodos y que tenía una cualidad por muy
pocos conocida y de la cual era aún más reservada.
-
Venga
Violeta – le dijo Andréa – apegase a nosotros y siga la entrega de turno.
-
Ya
voy señorita, déjeme tomar aire, ya la sigo luego – dijo con voz clara y
pausada.
-
Violeta
– dijo Felipe – estaba esperándola, venga que tengo algo que preguntarle-
-
Más
rato doctor , que tengo que ir a recibir turno – y se arrimo al resto del
grupo.
Esperaba
que ella pudiera darle respuesta a su inusual sensación de abandono y
desanimo de hoy. No era pena ni
dolor del alma, sentía mucho frío y percibía en el ambiente una sensación de
vacío y muerte que lo atrapo desde que puso un pie en el hospital. Era muy
parecido a la capa pegajosa y etérea que lo ahogo el día que su madre falleciera hace 5 años.
A
las pocas horas de entrado en el turno y una vez que pudo animarse a evaluar y
evolucionar a los paciente de esa noche, pudo acercarse a Violeta y conversar.
Ella pese a hacer muy bien su trabajo, denostaba una actitud más pensativa y
silenciosa que de costumbre. Al verlo acercarse, quiso ignorarlo, pero su
cercanía hacia imposible no atenderlo.
-
Tiene ahora un tiempo para conversar.
-
Sí , aunque creo que se lo que me quiere
preguntar. - Le respondió mirándolo suavemente a los ojos.
- Espero
que no se moleste y no me interprete mal, pero desde que llegué al hospital he
notado algo distinto en el ambiente. ¿ Ud. no ha notado nada
raro... ?
-
A que se refiere doctor – le miró con ceño
fruncido - es Ud. el raro y lo mismo dice el resto del personal, pero no se que
quiere saber de mí.
-
Mire Violeta, no me pregunte como lo se,
solo se que es así. Me he dado cuenta que Ud. tiene una capacidad especial y
que por ello, sabe cuando algo va pasar con los pacientes. Una vez lo pregunte
al jefe y a los demás y así me lo confirmaron y también dicen que ya no lo
comenta ni cuenta a nadie para no dar que hablar. - ¿ que hay de cierto en eso?
Violeta
lo observó por un largo rato antes de contestarle, pensaba que respuesta darle
y no ser pedante ni completamente abierta en ello. Era cierto que desde que
entro en la pubertad comenzó a soñar cosas que sucederían y luego se hacían
realidad, al principio le pareció divertido y así lo comentaba con sus
compañeras de colegio, pero un día un
sueño le revelo que su mejor amiga moriría en un accidente, atrapada en un bus.
Al día siguiente y desesperada trato de persuadirla, le pidió y rogó de todas
las formas, le abrazo, la apretujo, le grito y finalmente la retó sin lograr
convencerla, tuvo que pedirle de rodillas y llorando que no viajara, sin poder
decirle la razón de su solicitud. Pese a todo, la familia de su amiga, sin
entender el por que de su obstinación desestimo su plegaria y emprendieron el
viaje programado. Desde ese día no ha podido acercarse a ningún cementerio pues
no quiere encontrar la tumba de su amiga fallecida a la misma hora y en el
lugar de su premonición. Tampoco la acompaño en su funeral pues no tuvo fuerzas
para levantarse por varias semanas. Desde entonces no es capaz de comentar ni hablar de sus sueños con nadie.
Tal vez por ello se ha quedado soltera, temerosa que sus sueños le muestren el
momento de quedarse viuda y ese peso la terminaría hundiendo para siempre.
Sin
sacarle los ojos de encima, pensaba muy angustiada el porque de esa pregunta
tan sin sentido y sin embargo tan clara para ella. Precisamente hoy después que
he soñado cosas terribles y cercanas, el esta muy raro y apagado, tal como se
presento en el sueño, el ambiente era el mismo de ahora y el aroma penetrarte
es más fuerte que otras veces, incluso en el sueño era así de fuerte,
recordó.
-
Si doctor , todo lo que quiera saber es
cierto y espero que podamos llegar cuerdos al fin del turno.
-
¿ Siente el olor especial que envuelve
todo en la sala ? - Me parece conocido , pero no estoy muy seguro de ello … será …
- Tiene
razón , lo he sentido desde el umbral y también se, que Ud. lo ha notado . . . Si doc. … La muerte nos acompaña esta noche.
A
las 7 de la mañana y después de no separase de su lado y continuar luchando por
impedir su partida, Felipe cedió a su obstinación y dio por fallecida a la
paciente. Nada de lo que hizo dio resultado, no noto ningún cambio en sus
signos vitales, daba igual que fármaco introdujera, daba igual si le ponía más
líquidos intravenosos o los hacia eliminar por la orina, daba lo mismo que modo
ventilatorio aplicará en el ventilados mecánico, toda era lo mismo y pese a
todo , se apagó lentamente.
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