domingo, 16 de agosto de 2015

He comenzado un Gran Proyecto : UNA NOVELA, la verdad que no has sido fácil, pero el tiempo sigue siendo el mejor aliado y las ideas afloran como el viento , aún no he decidido el título y faltan varios capítulos.
Quiero compartir con Uds, lo escrito y espero sus comentarios más diversos , espero les guste:

NOVELA Capitulo (Inicio)

            Por un pasillo largo y silencioso, avanzaba lento y dubitativo a su turno de noche. Desde  su llegada a esta ciudad hace solo 6 meses,  lo que más le gustaba de su que hacer en el hospital, era su trabajo en la unidad de cuidados intensivos (UCI) , ya que ahí se sentía a gusto y allí podía ejecutar todo lo aprendido y desarrollar todo lo que realmente le gusta, enfrentar el dolor humano y lidiar con enfermedades que atacaban mortalmente a los pacientes. 
Felipe  era un residente joven,  de mucho conocimiento pero poca experiencia de terreno, ya que de la escuela de medicina había sido meteórica, de la facultad a una beca primaria y luego directamente a este hospital. A diferencia del resto de los médicos del staff , que se habían formados en la trinchera y en la dura experiencia que les había dado el laborioso trabajo en terreno, ya sea como médicos generales de zona o como generalistas, habiendo pasado largos años de turnos en postas,  urgencias y en distintas unidades de rescate de pacientes graves. En cambio, para el, su valer como médico residía solo en lo aprendido en los años de estudio y su gran conocimiento teórico y muy actualizado de las diversas patologías. Sin embargo, aquí y por suerte ,  se complementaba muy  bien con el trabajo en equipo con el resto de sus colegas. Así  cada mañana y en cada entrega de turno, discutían de los enfermos y del mejor plan para superar los problemas del día, así se complementaba la experiencia con el conocimiento contemporáneo.

            Un frío gélido y muy suave , casi superficial, le recorría la espalda y la coronilla , no sabía cuando había comenzado pero ya llevaba varios días erizándoles los vellos , suavemente, casi como un suspiro. Esta noche en especial, se había acrecentado  hasta hacerse inquietante, pues notaba que a medida que se acercaba al hospital, crecía en intensidad y era más molesto. No sabía muy bien a que atribuirlo ni como combatirlo, no era frío ni calor, no tenía fiebre ni se sentía enfermo pero lo ponía algo molesto y lo sacaba de la concentración que su trabajo requería. Sin embargo lo que realmente le estaba inquietando y preocupando en demasía era el hecho que había vuelto algo ya casi olvidado hace varios años , el olor …

-        Vamos , rápido , que el enfermo se nos va …
-        Ya doctor, no me apure , que solo tengo dos manos – le respondió la enfermera.
-        Póngale la adrenalina endovenosa y tómele la presión venosa central, y dígale a la auxiliar que apure el suero -   ya pues … vamos , rápido.

            Desesperado dialogo a las 4 de la mañana, después de horas de no despegarse del lado de la cama de una señora de 88 años, ingresada el día anterior por una hemorragia cerebral masiva y que la había llevado a un coma profundo a poco ingresar.  Su curso clínico era el esperado , pero Felipe, desesperado y sin saber por que, intentaba reanimarla y sacarla adelante en su turno, la había invadido por todos lados, le instalo catéteres y  todo tipo de fármacos como si con ello intentara variar el curso de un derrotero ya fijado por el destino.
            Andréa , no entendía ni tenía muy claro cual era el motivo de su actual ensañamiento en recuperar a la paciente, ya que en otras ocasiones similares, solo se había dedicado a conversar con los familiares del paciente. Informándoles del pronostico ominoso y en un ámbito más bien místico los llevaba a un plano espiritual. Hoy no sabía que pasaba , desde que lo vio entrar a la sala lo notó raro, con un andar apesadumbrado y como si llegara con todo el peso del mundo sobre su espalda, su saludo fue un suspiro profundo. Después lo observó sentarse un la silla de vigilancia y no despegar su mirada de esta paciente en particular, a los demás los ignoró.

-       Llegó Violeta, quiero conversar con ella – pregunto al viento, sin dirigirse a nadie en especial.
-       No doctor, hoy llegará un poco más tarde, tuvo problemas con la nieve.

            Ante la imposibilidad de conversar con ella , siguió sumido en sus pensamientos. El resto del personal, enfermeras y auxiliares paramédico, continuaron sus actividad normal de la entrega de turno y se olvidaron de él. Andréa sin embargo, lo siguió observado preocupada y algo inquieta ya que nunca lo había visto así. Lo normal era que participara activamente del la entrega de turno, le gustaba que todo el equipo de la unidad se hiciera parte de ella y preguntaba a todos por igual de evolución de cada paciente y hacia muchos comentarios del plan a seguir, de tal que todos quedaban enterados de lo habría que hacer en ese turno. Hoy , estaba ausente.

            Cuando estaban frente a la cama del cuarto paciente, la vio, Violeta estaba mirando desde el umbral del recinto, vestía de pulcro uniforme, bien arreglada y parecía que buscaba algo. Era la paramédico de más años en la unidad, la con más experiencia, y su conocimiento se enriquecía preguntando, siempre preguntaba de todo a los médicos y enfermeras sobre los exámenes y tratamiento. Le interesaba de sobremanera el curso de la enfermedades que aquejaban a los pacientes y por lo mismo, siempre  estaba dispuesta a estudiar y perfeccionarse.  En ello además se entregaba por devoción a enseñar y entrenar a los nuevos, a quienes acogía como un miembro más de su familia. Con los médicos mantenía su distancia y solo trataba cosas del trabajo y de los enfermos. Se conocía de su inmensa apertura para con los demás , pero de su vida particular , muy pocos podían dar fe de conocerla, era muy reservada y poco participaba de actividades extras. Solo se comentaba que leía mucho y hacia viajes al extranjero cada 2 años, por largos períodos y que tenía una cualidad por muy pocos conocida y de la cual era aún más reservada.

-       Venga Violeta – le dijo Andréa – apegase a nosotros y siga la entrega de turno.
-       Ya voy señorita, déjeme tomar aire, ya la sigo luego – dijo con voz clara y pausada.
-       Violeta – dijo Felipe – estaba esperándola, venga que tengo algo que preguntarle-
-       Más rato doctor , que tengo que ir a recibir turno – y se arrimo al resto del grupo.

            Esperaba que ella pudiera darle respuesta a su inusual sensación  de abandono y  desanimo de hoy.   No era pena ni dolor del alma, sentía mucho frío y percibía en el ambiente una sensación de vacío y muerte que lo atrapo desde que puso un pie en el hospital. Era muy parecido a la capa pegajosa y etérea que lo ahogo  el día que su madre falleciera hace 5 años.
                

            A las pocas horas de entrado en el turno y una vez que pudo animarse a evaluar y evolucionar a los paciente de esa noche, pudo acercarse a Violeta y conversar. Ella pese a hacer muy bien su trabajo, denostaba una actitud más pensativa y silenciosa que de costumbre. Al verlo acercarse, quiso ignorarlo, pero su cercanía hacia imposible no atenderlo.

-        Tiene ahora un tiempo para conversar.
-        Sí , aunque creo que se lo que me quiere preguntar. - Le respondió mirándolo suavemente a los ojos.
-        Espero que no se moleste y no me interprete mal, pero desde que llegué al hospital he notado algo distinto en el ambiente. ¿ Ud. no ha notado nada raro... ?
-        A que se refiere doctor – le miró con ceño fruncido - es Ud. el raro y lo mismo dice el resto del personal, pero no se que quiere saber de mí.
-        Mire Violeta, no me pregunte como lo se, solo se que es así. Me he dado cuenta que Ud. tiene una capacidad especial y que por ello, sabe cuando algo va pasar con los pacientes. Una vez lo pregunte al jefe y a los demás y así me lo confirmaron y también dicen que ya no lo comenta ni cuenta a nadie para no dar que hablar. - ¿ que hay de cierto en eso?

            Violeta lo observó por un largo rato antes de contestarle, pensaba que respuesta darle y no ser pedante ni completamente abierta en ello. Era cierto que desde que entro en la pubertad comenzó a soñar cosas que sucederían y luego se hacían realidad, al principio le pareció divertido y así lo comentaba con sus compañeras de colegio, pero  un día un sueño le revelo que su mejor amiga moriría en un accidente, atrapada en un bus. Al día siguiente y desesperada trato de persuadirla, le pidió y rogó de todas las formas, le abrazo, la apretujo, le grito y finalmente la retó sin lograr convencerla, tuvo que pedirle de rodillas y llorando que no viajara, sin poder decirle la razón de su solicitud. Pese a todo, la familia de su amiga, sin entender el por que de su obstinación desestimo su plegaria y emprendieron el viaje programado. Desde ese día no ha podido acercarse a ningún cementerio pues no quiere encontrar la tumba de su amiga fallecida a la misma hora y en el lugar de su premonición. Tampoco la acompaño en su funeral pues no tuvo fuerzas para levantarse por varias semanas. Desde entonces no es capaz de  comentar ni hablar de sus sueños con nadie. Tal vez por ello se ha quedado soltera, temerosa que sus sueños le muestren el momento de quedarse viuda y ese peso la terminaría hundiendo para siempre.
            Sin sacarle los ojos de encima, pensaba muy angustiada el porque de esa pregunta tan sin sentido y sin embargo tan clara para ella. Precisamente hoy después que he soñado cosas terribles y cercanas, el esta muy raro y apagado, tal como se presento en el sueño, el ambiente era el mismo de ahora y el aroma penetrarte es más fuerte que otras veces, incluso en el sueño era así de fuerte, recordó.                            

-        Si doctor , todo lo que quiera saber es cierto y espero que podamos llegar cuerdos al fin del turno.
-        ¿ Siente el olor especial que envuelve todo en la sala ? - Me parece conocido , pero no estoy muy seguro de ello  … será …
-        Tiene razón , lo he sentido desde el umbral y también se, que Ud. lo ha notado . . . Si doc. … La muerte nos acompaña esta noche.

            A las 7 de la mañana y después de no separase de su lado y continuar luchando por impedir su partida, Felipe cedió a su obstinación y dio por fallecida a la paciente. Nada de lo que hizo dio resultado, no noto ningún cambio en sus signos vitales, daba igual que fármaco introdujera, daba igual si le ponía más líquidos intravenosos o los hacia eliminar por la orina, daba lo mismo que modo ventilatorio aplicará en el ventilados mecánico, toda era lo mismo y pese a todo , se apagó lentamente.

            Los únicos cambios se reflejaron cuando Violeta con gran cariño y respeto retiró los cables y agujas del cuerpo de la fallecida, su expresión demostraba por primera vez en toda la noche, paz y quietud. Sentado en el largo mesón, una vez que anotaba los sucesos del caso, Felipe se incorporó sobresaltado y mirando a Violeta , noto que se respiraba un aire límpido y sin olor . . . ella sonreía.     

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